viernes, 27 de diciembre de 2019

Yo no paro, yo produzco

Lo que nos deja este año, además de las cifras más altas de corrupción en la historia, la deficiente administración de Peñalosa y el año de aprendizaje del presidente Duque; es la frase: "Yo no paro, yo produzco". Utilizada por los que se oponen a la situación y que insisten que la mejor manera de sacar al país adelante es trabajando. La frase es pronunciada con ahínco y hasta con soberbia, como si Colombia fuera una locomotora imparable, cuando no hay nada mas ineficiente y flojo que un colombiano, con todo respeto y cariño. 
Uno escucha Locomotora Imparable y piensa en un país europeo, por poner un ejemplo pensaría en Alemania que ha producido filósofos, científicos, industriales y artistas. Hasta potencia deportiva es y eso que ha perdido dos guerras mundiales. Si de cifras se trata, Colombia queda muy mal parada, no sólo con Alemania sino con más de medio mundo. Hay estudios que afirman que un colombiano trabaja 830 horas más al año que un alemán y que somos cuatro veces menos productivos que un estadounidense. 
Lo que sucede es que acá confundimos cantidad con calidad y emprendimiento con innovación. Trabajamos a lo bruto, a lo mula, estamos completamente seguros que lo que vale es salir de la casa a las 7 de la mañana y llegar arrastrándose a las diez de la noche. Pero eso si, si alguien le da por irse antes de las 6, lo miran como si se estuviera robando la plata. en otros lugares utilizan las horas para lo que es; por eso trabajan menos y producen más. En cambio, nosotros lo usamos para hablar con los compañeros, tomar tinto 20 veces al día, mirar redes sociales, pedir permisos para YouTube al departamento de tecnología y hacer todo a la carrera al final de la jornada. Pero eso si, para posar de agobiados somos los primeros, y si alguien pregunta la primera respuesta que damos es que estamos ocupadísimos, pura mierda. Esto es porque a nosotros sólo nos gusta posar de sufridos y agobiados pero nos encanta encontrar cualquier excusa para no trabajar; nos disfrazamos tres veces en Halloween, celebramos navidad desde noviembre hasta enero y si juega la selección trabajamos medio día y eso. Pero eso si, no es sino que la gente salga a marchar para que nos entren unas ganas ni las hijueputas de producir hasta transformar el país en potencia mundial.
Nuestra ineficiencia se nota a leguas en cualquier suceso de la cotidianidad, desde pasar una cuenta de cobro por un valor menor del mínimo hasta acercarse a un cajero electrónico, donde en lugar de retirar efectivo pareciera que estuvieran intentando buscar la solución a una integral indefinida o la sumatoria de una Serie de Riemann. Ni hablar de la tortura a la que nos sometemos cuando se realiza un trámite en una notaría, una EPS o en alguna entidad estatal que lo devuelven por el más mínimo error así no sea culpa de uno. Mucha economía naranja, mucho viceministro de la creatividad y nada que salimos de la edad de piedra. 
Basta con leer las sandeces que publican los "periodistas" de este chochal, las notas interesantísimas de nuestros medios informativos que van desde las nuevas fotos por Europa de Lina Tejeiro con su nuevo novio hasta la cirugía de cola que se hizo Yina Calderon que es furor en Instagram. Pero que a la hora de realizar periodismo de verdad ahí si no aparecen y la mayoría son censurados. 
Esperemos que con el paso de los días la situación mejore y muchos abran los ojos ante la situación y no guarden silencio como ya se ha visto con el transcurso de los años, que los que dicen con orgullo "Yo no paro, yo produzco" de verdad pongan empeño y saquen al país adelante y no solo para volver tendencia un hashtag y posar de indignados mientras hacen fila para montarse sea como sea en un transmilenio en hora pico.
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viernes, 8 de febrero de 2019

El Inexperimentado

A Álvaro Uribe se le fue la mano poniendo en el poder a su títere Ivan Duque; aunque no lo culpo. Quedó tan curado desde que Santos se le volteó; que decidió inyectar toda su confianza en un caricato dócil, maleable y sin experiencia. Ya van más de cien días desde su posesión y Duque ha demostrado que una cosa es ser senador y otra muy diferente ser presidente de un país. Antes de su posesión, lo único que se conocía de Duque fue el video en el que su patrón le robó en la cara su paquete de platanitos en una plenaria, de ahí para atrás ni idea quién era.

Insisto, la culpa no es Duque; sino de Uribe que hace con su partido (y con Colombia) lo que se le da la gana. recordemos cuando el representante a la Cámara, Samuel Hoyos anunció su candidatura a la Alcaldía de Bogotá, al preguntarle el por qué de su decisión, respondió que era sueño, pero que además, Uribe había propuesto su nombre. Lo que consideraba un honor, luego añadió que era imposible decirle que no al "doctor" Uribe. Así estamos, un hombre en el que se concentra todo el poder de un movimiento de culto disfrazado de partido político.

Uribe también es responsable de haber reencauchado a Pastrana, cuando se había pensado que ya nos habíamos librado de él, también de darnos a Paloma Valencia, Maria Fernanda Cabal y Ernesto Macías; líderes como él, se aseguran de juntarse con personajes que no le hagan sombra para no perder el control, para que exista un líder indiscutible tiene que haber una mezcla de tontos y locos, seguidores obedientes a los que sus capacidades les impiden sobresalir por cuenta propia. 

A Duque le hemos visto contradecirse en todo lo que prometió en campaña electoral, nos hizo el gancho ciego con los impuestos y el salario mínimo, se hizo el marica con las marchas estudiantiles, aprobó la caza de cocodrilos, entre otras. Cosa que es normal porque ser político consiste también en decir una cosa y hacer otra. Lo hemos visto contestar con propiedad cuántos pares de Crocs tiene su patrón y hasta el número exacto de nietos que tiene, ahora que también responda con la misma propiedad, si Uribe también le pega su buena repasada a su mujer. También se le ve aguantando con estoicismo que frente a él usen la expresión "presidente Uribe".
Para completar, le hemos visto tocar guitarra, jugar tejo, cantar vallenato, jugar cartas, hacer malabares, contestar preguntas de rock, reunirse con Maluma, mas recientemente le hemos visto hablar en la sede de la Unesco en Francia sobre los siete enanitos, solito y en perfecto inglés. No sé que será de él en seis meses o en un año, De pronto pueda que se convierta en un gran líder o siga así de mal como va, tal vez le ayuden los medios como Semana y El Espectador, quienes mostraban que su popularidad iba en aumento según una encuesta que ni idea donde hicieron, no hay datos, no existe el cuestionario, no hay ficha técnica, pero bueno; en fin. El caso es que hoy está demostrando que no tiene las capacidades para ejercer y que está aprendiendo a gobernar como se aprende a montar bicicleta: a los golpes y sobre la marcha. Nunca se nos pasó por la mente que en el poder tendríamos montado a alguien peor que Pastrana, pero ya ven ustedes, somos Colombia y no dejamos de superarnos.

Ahora el país entró en la dinámica de esperar a ver con qué sale para írsele encima, no sé si Duque era consciente de ello cuando aceptó ser el que dijera Uribe, pero ya parece más difícil cambiar su destino. Ahora se hizo viral un video en el que se acerca a un colegio con la vicepresidenta y todos los niños se ríen y le gritan a viva voz: "Títere, títere, títere", que respeto puede generar una persona así. La imagen de Duque continúa con su dramática caída, no le ayudan los aburridos consejos comunales, realizados en cualquier parte y sin resultados claros, como los que hacía su jefe. No se sabe quién escogió los ministros pero parece que cada uno va por su lado.
Con el desastre de Hidroituango lo único que se les ocurrió, en lugar de llevar personal calificado, ingenieros aptos y profesionales para encontrar solución al desastre, fue poner una vírgen, bendecida por el párroco de la región, esperemos que con la ayuda divina se solucione el daño, o si no que nos saquen de una vez de la OCDE. 

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lunes, 25 de septiembre de 2017

Contra el sistema de salud

Del sistema de salud de nuestro país escuchamos calamidades todos los días. Desde la anciana en Valledupar a la que su eps internó en un motel en lugar de un hospital, como Dios y las leyes lo mandan, hasta la noticia que afirmaba sobre el desfalco al sistema de salud por parte de contratistas y funcionarios ascendía a cuatro billones de pesos. Así, entre noticia y noticia; más de lo mismo: pacientes que mueren a la espera de una droga o una cirugía que nunca va a llegar, ya no basta con presentar tutelas o derechos de petición, al final nunca se va a obtener respuesta y no hay mas remedio que resignarse.

Hace un tiempo sufrí un accidente dando como resultado que mi clavícula se desencajó de su posición ocasionando un fuerte dolor en mi hombro derecho al momento de mover el brazo. Acudí a urgencias en un centro de salud para que me revisaran del dolor que me aquejaba. Una vez en la sala de espera se sentía el calor y el ambiente tenso debido a la cantidad de personas que esperábamos allí. El hacinamiento debido a la estrechez de la sala de espera, hacía que las caras de los presentes cambiaran de estados: impotencia, cansancio, dolor, angustia, y no sólo por que estén enfermos, sino porque el tratamiento que se recibe en los diferentes centros de salud es poco menos que digno. Más de una sala de espera se parece a un campo de concentración. Nadie ríe, es que no hay motivos, porque ir a que lo atiendan a uno es enfrentarse no a la corrupción presente en el sistema, sino a la debilidad del propio cuerpo. Así estemos en excelentes condiciones, es muy fácil enfermarse  y morir de un día para otro en un sistema de salud como el nuestro.

Casi nunca uso la EPS aunque pago religiosamente cada mes, y la pago no por que quiera, sino porque es la única forma de que me reciban las cuentas de cobro como trabajador independiente. Lo que ofende es que tras de que se debe pagar un cantidad absurda (un dineral), ese monto no se ve reflejado en la calidad del servicio, ni para mi ni para nadie. Yo creo que la regla principal de nuestro sistema de salud es que, aunque usted aporte sin falta, recibe tratamiento de beneficencia.

Hay quien opina que el sistema de salud público colombiano no está tan mal. Que mal o bien, brinda solución a la mayoría de sus abonados. No conozco el sistema de salud de otros países, de manera que no tengo como comparar, lo que si tengo claro es que con la salud colombiana te puede ir estupendo, siempre y cuando no te enfermes. Volviendo al tema de mi clavícula, ese día me atendieron, me pusieron un cabestrillo en el brazo y me dijeron que acudiera a mi EPS para que se me autorizara una cirugía luego de tomarme unas radiografías. Me comprometí a realizar esas diligencias y lo que debía ser un trámite de días se convirtió en una lucha de casi un mes donde la eps y la clínica se arrojaban la pelota a diario. Primero me decía que ya se había emitido la orden de cirugía y en la clínica me informaban que para mi eps no había cupo sino hasta dentro de tres meses. Ni hablar de las radiografías. Así son, viven tirándose la pelota de un lado al otro y a uno como usuario, le toca desplazarse de un lugar a otro, perdiendo tiempo, dinero. Pasando de la indignación a la resignación y asi se te quiebre el alma.

De tanto esperar a ser atendido y luego de que me dijeran tantas veces que no, entendí varias cosas:
Primero, ser cumplido en los pagos no garantiza nada, el dinero que damos a la salud no alcanza porque se lo roban. Segundo, la salud es una industria mas y si no hay recursos, no funciona. La gente que trabaja allí, pueda que tenga vocación de servicio; pero cuando se enfrentan a la escasez,, simplemente da la espalda a los pacientes. Todo se resolvió transcurrrido un mes, y el médico que me atendió me aconsejó que volviera a urgencias el día que el estuviera para con ello ordenar el tratamiento de manera inmediata. No me imagino por lo que tienen que pasar esos pacientes que andan con tutelas de un lado al otro, esperando el día que se les dé el milagrito y consigan una atención digna. Este sistema si es un asco completo, no es posible que si se está enfermo primero deba acudir a un abogado antes que a un médico. Otra cosa que aprendí es que el peor depredador del ser humano es el sistema de salud. Según el Presidente Santos, el sistema de salud colombiano es el tercero mejor del mundo, vaya uno a saber quien hizo ese estudio y cual fue el tamaño de la muestra escogida para dicho estudio. A falta de atención, en la salas de espera te ponen Caracol y RCN para atontarte mientras te estás muriendo. Están también esos que andan metidos dentro de la rosca y que obtienen prestaciones, atención a tiempo haciendo uso de 'palanca' con funcionarios, no puede ser que las cosas se solucionen haciendo trampa, el sistema no se lo vence engañándolo, sino haciéndole funcionar.

La única manera de que el sistema de salud mejore, es obligando a los politicos a usarlo. Se que no soy el único que quisiera verlos ahí sentados en la sala de espera o realizando papeleo que según ellos agiliza el proceso, que les cambien innesperadamente la fecha de una cirugía o que los desconecten sin querer queriendo para que se dejen de robar la plata y mejore la calidad del servicio.



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lunes, 28 de agosto de 2017

La compañera de trabajo

Conocí, no esa no es la palabra. Coincidí más bien con una mujer en un antiguo empleo en donde estube un lapso no mayor a 9 meses. No me tomó mas de 1 semana convertirme en su amigo. Pero con el paso de los días, me dí cuenta que había pasado por decepciones amorosas, lo que hacía que en algunas ocasiones saliera a flote esa tristeza y desilusión por las decisiones que había tomado en el pasado. Yo, que la conozco, le pregunte que le sucedía, por que la notaba realmente mal. Es como si se estuviera auto-saboteando, pensé. Calculo que de la edad que tiene actualmente lleva un poco más de la mitad de esos años con el corazón roto.

Mi amiga se está auto-saboteando, y auto-sabotearse no es mas que un placebo para no suicidarse. El suicidio funciona, debería verse como un descanso más no como una tragedia. Suicidarse también es un acto de venganza, porque la muerte es el único abandono y la única mudanza. Uno puede cambiar de casa las veces que se le dé la gana, pero morir es la única forma de mudarse de verdad y para siempre a otro vecindario. Retomando el autosaboteo, todos lo hacemos, pero en especial las mujeres. No en vano son más propensas a sufir de depresión que nosotros.

En asuntos amorosos funcionan de la siguiente manera: miran el menú de hombres y seleccionan al que saben que no va a funcionar para poder decir al final que lo intentaron para luego preguntarse por qué a ellas les tocan siempre esos cafres. Pero ellas lo saben, tienen claro que van saltando de hijueputa en hijueputa porque han aprendido a reconocerlos a kilómetros. Saben también que no es el que les toque sino que así lo buscan. No se cansan de probarnos y probarse a ellas mismas si son capaces de cambiarnos. Ellas, proveedoras de bondad, de buenos modales, amor, bondad, entre otras virtudes; esperan contagiarnos con el ejemplo y hacer un hombre digno de esa piltrafa en la que se han fijado. Entre más buscan la felicidad y fallan, más tristes y decepcionadas se quedan. Las mujeres son un cactus, enredadas, llenas de espinas y nadie sale bien librado después de lidiar con un cactus.

Volviendo al tema de la mujer que les había mencionado, me le fui acercando poco a poco, pero me dí cuenta que no iba a funcionar, las mujeres que ya se encuentran así con el corazón lleno de espinas y ponzoña, valen la pena; pero de lejitos. Es bueno verlas desahogarse de todo aquello que las aqueja pero en el sexo, si uno intenta irse por el lado amable jamás va a funcionar. Esto se debe a que, luego de pasar de desilusión en desilusión piensan que todas las relaciones futuras van a resultar igual.

Yo si tenía pensado intentar cambiarle el modo de pensar a esa mujer, no fingía preocupación por que de momento sabía que pasaba por situaciones complejas, problemas en su círculo familiar, inestabilidad laboral, entre otros problemas que suelen aquejar a las mujeres. Salimos durante un corto periodo de tiempo y en él me di cuenta que no era lo que buscaba, entonces menos mal me aleje. No hemos vuelto a hablar pero creo que se encuentra bien. Espero pueda solucionar las heridas que aquejan a su desgastado corazon, si no pues que se siga haciendo la interesante y  siga cabalgando de hijueputa en hijueputa.
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martes, 31 de mayo de 2016

El sistema de salud

Tengo los tobillos malos desde hace más de 5 años. A los que me preguntan siempre les digo que me los lesioné jugando fútbol por que me da vergüenza reconocer que me los lastimé por torpe, haciendo cosas que no debía, cuando debería estar en casa. Desde entonces convivo con mi lesión, y aunque no me he privado de nada, la molestia siempre está ahí.

Luego de sufrir un accidente hace mes y medio, decidí hacerme un examen para saber que tengo y con ello dar fin a la molestia que me aqueja. Teniendo en cuenta que todos los meses le paso una buena plata a mi EPS y que nunca la uso; decidí echar mano de ella. Tres semanas y dos citas medicas después, no sólo no he iniciado el tratamiento; sino que ni siquiera sé que tengo.

Se siente uno poca cosa cuando se tiene que enfrentar al sistema de salud. Ir a un centro de atención es encontrarse con una multitud donde no se sabe quién tiene peor cara, no por la enfermedad sino por la impotencia. Esa de someterse a que lo paseen de ventanilla en ventanilla, que lo llenen de órdenes que no sirven para nada, pero que, aún así, valen más que la vida de una persona. Si así me estoy sintiendo yo que puedo, si se me da la gana, pararme de manos; no me imagino lo siente un enfermo cuya vida depende única y exclusivamente de la diligencia de su entidad prestadora de salud. Esto se debe a que el sistema está pensado para abusar de ti sin matarte y con ello puedas seguir aportando, y cuando ya no des más te enfrentes al sistema, pero de salud que ese si te liquida sea como sea.

Conoce uno casos de hijos que llevan a sus madres con enfermedades terminales y que después de detectarlas no sólo no inicien a atenderlas sino que los mandan de un lado para el otro llenando formularios y solicitando exámenes, triste realidad. Las EPS son el nuevo método de selección natural. La vida es tan sabia que no nos puso a convivir con los dinosaurios, pero que nos enfrentó a la salud pública colombiana, que es mas sangrienta que cualquier tiranosaurio.

Gente está muriendo para que otros puedan lucrarse. Por ahí circuló una columna en donde ligan al sistema de salud con varios personajes, entre ellos, el fiscal Montealegre y Enrique Vargas Lleras, hermano del Vicepresidente. Lo alarmante del caso no es sólo que exista un claro conflicto de intereses ni que en este país la vida al perecer no vale nada, sino que depende en teoría de quienes están para ayudar a la gente; y no sólo las EPS, en general, todas las entidades gubernamentales están en manos de unos cuantos que se hacen los que trabajan, se hacen los que se preocupan; pero viven de nuestro dinero, y en caso de quienes manejan la salud, de nuestra sangre.

Germán Vargas Lleras afirmó que quiere llegar a ser presidente de Colombia, si su salud se lo permite. Cuando sufrió el desmayo debido a su tumor en la cabeza, se trató en las mejores clínicas del país, porque claro, él no se iba a someter a el papeleo de las EPS donde su hermano tiene intereses. Ambos saben que de haber sido así, no le habrían resuelto nada y en el peor de los casos el tumor hoy en día estaría mas grande. Lo más triste de esto que si Vargas Lleras sale elegido como presidente no es que sea peor persona que otra gente que haya sido presidente de esta cosa que llamamos país, pero que en realidad es una recocha. A lo que voy es que la gente que elegimos y que está para ayudarnos, en realidad viven de desangrarnos y sonsacarnos cada centavo, no sabe uno que hacer a la final: Sufrir en silencio por evitar el papeleo o enfrentarse al sistema que no se cansa de exprimirnos. Que porquería.

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martes, 8 de septiembre de 2015

Carteles y Mafias

Dicen por ahí que ahora con el dólar a tres mil, la única opción disponible es salir a conocer Colombia. Linda y todo la idea; pero yo no lo creo así, con todo y la devaluación, sigue siendo mejor negocio salir del país. Bogotá, por ejemplo está repleta de lugares que venden comida que no llena y tragos que no emborrachan, pero eso si; los cobran como si estuviesen curando el alma.  Y no sólo esta ciudad, cuando tengo la oportunidad de viajar a alguna ciudad del país descubro con desazón que pago cuentas caras pero salgo con hambre y sobrio.

No es casualidad que tengamos guerrilla, narcos, paramilitares, corruptos y delincuentes comunes, porque hasta los colombianos "de bien" somos bien regulares. Por ejemplo, acá el papel higiénico es más caro que en el Reino Unido y próximamente se van a venir alzas en los peajes, como si estuviésemos andando en carreteras de siete carriles. Todos los días escuchamos noticias sobre los carteles del papel, de los pañales, de los cuadernos, del cemento; pero en verdad hay carteles por todo lado.

Ya produce susto lidiar con un restaurantero, un asesor comercial, un hotelero, porque embaucan con un verbo. Cocina fusión o cocina de autor, porque acá los restaurantes no venden comida sino experiencias. Hasta la comida sencilla con la que nos alimentaban en la infancia se ha vuelto exótica. Acá llaman a un postre "Frutos rojos del jardín encantado" para poder cobrar de más el helado de fresa de toda la vida. También están los hoteles boutique. Vaya a Villa de Leyva y compruébelo. Pueblo mágico y encantador pero le cobrarán la estadía como si se estuviese alojando en un cinco estrellas de Paris.

Carteles y más carteles, el de la salud, el de la finca raíz, el de la gasolina, el de las facturas del celular, el de la luz, el del agua; todos gremios poderosos. Pero el que más imparte miedo es el de los parqueaderos, ahora hasta en los cementerios está. Da rabia pagar, pero da más pena decirle al muerto que no se le visitó por que no había cómo pagar el parqueadero.

De todos los carteles expuestos al público, el peor quizás es el de la educación que hace rato dejó de ser una vocación para convertirse en una mercancía más. La manera para cobrarla cara es por parte del miedo; a usted le meten que si no invierte en la educación de sus hijos, van a ser unos fracasados toda la vida. Pura manipulación. Por eso casarse es caro, enfermarse es caro y morirse es caro; no cobran lo que vale sino la ocasión. Un ataúd cuesta lo mismo que un carro usado y el pedazo de tierra donde lo van a enterrar cuesta lo que un apartaestudio.

Leyes de mercado es el nombre que le damos a la avaricia humana.  Y así vamos, de mafia en mafia y de atraco en atraco, pagando pasajes de avión como si en vez de ir a conocer el mar fuésemos a conocer a Dios. No hay escape, nos roban cuando comemos y hasta cuando nos limpiamos el culo, y en eso nada tiene que ver el precio del dólar.




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miércoles, 8 de abril de 2015

Lo que ellas quieren

Un conocido me comentó que su pareja le pidio de aniversario no un regalo sino una experiencia. El tipo quedó loco. ¿Cómo puede uno ofrecer una experiencia si toda la vida ha regalado flores y regalos de carne y hueso? Yo opino que las mujeres después de tanto tiempo deben saber que los hombres necesitamos la obviedad.
¿A qué se referiría esa mujer con "Una experiencia"? Es algo que ni él ni yo aún hemos podido comprender. El caso es que le regaló un par de aretes y la invitó a cenar a un buen restaurante. No se sabe que pensó ella acerca de eso, pero ese no es el punto. El punto es que la razón por la que exista la civilización es por que los hombres nos derretimos por las mujeres aunque no tengamos la más mínima idea de que es lo que quieren.

Pareciera que quieren pétalos sobre la cama antes de hacer el amor, pero quién sabe. Quieren enamoramiento, pequeñas dósis de drama, misterios de todo tipo: viajes sorpresa, detalles escondidos en la casa, etc. Pero si uno les da dinero, se emputan; cuando el dinero es lo más práctico que se ha inventado. En mi opinión, si yo fuera mujer, pediría que todos los regalos me los dieran en efectivo, y viviría tirando todo el día.
Todas las mujeres desean hippies con plata, rastas estrato 6. Manes que se dejen la barba y den aspecto de que poco se bañan (pero que huelan rico). Quieren el estatus y el dinero de un yuppie, pero sin el traje y la corbata, sin esas aburridas charlas de la bolsa. Buscan a un tipo con billete que viva en el mar o en la montaña si se le da la gana.
Además de la plata y la independencia, buscan que sea un polvazo y tenga sentido del humor. Cuando a una mujer le preguntan por el tipo ideal, sin duda va a contestar que tenga sentido del humor y que la quiera, pero el amor y los chistes son poca cosa sin dinero en el banco. Eso ellas lo tienen muy claro, pero saben disimularlo, por que de lo contrario se verían como arpías diciendo abiertamente que lo que quieren es un tipo con billete. Pero lo que mas buscan las mujeres es estabilidad, quieren sentirse seguras más que sentirse amadas.

La mayoría de los hombres creemos que tenemos lo necesario para quedarnos con las mujeres más deseables; pero que va. Todos tenemos algo de hippies, algo de bacanes, hasta podemos embolatarlas con dos chistes; pero al final suelen descubrir que carecemos de perrenque, plata y que tenemos que cumplir horario en la oficina. Cuando de vainas puede con su propia vida, es poco lo que le puede ofrecer a esa mujer que busca seguridad. Nosotros somos obvios, necesitamos carteles que nos guíen.
de ser posible, hasta precisamos que nos griten las cosas en la cara y se aguanten cada una de nuestras estupideces. De las mujeres solo esperamos que tengan buenas tetas y se porten medianamente bien, ellas son más sensatas que los hombres, pero aún no he conocido a una que no esté loca.

Después de varios años de cegera, he descubierto que a las mujeres las mata un hombre con bebés, se derriten si ven a un tipo maduro llevarse bien con un niño.No las entiendo, pero son tan previsibles que se que quieren amor, coqueteo, intriga, admirar a su pareja, cangrejear en una que otra ocasión, que las traten como reinas y algunas veces como putas, según la ocasión.
Todas quieren que alguna de ellas llegue a la presidencia, la segunda parte de las 50 Sombras de Grey, finales felices.

Y zapatos



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